Mientras escribo esta
historia trato de pensar cómo nos decidimos a armar esta aventura. Todo comenzó
en el año 2011 cuando un amigo Kirguís, un tanto alcoholizado y eufórico por
haber subido a la cumbre del pico Pobeda, nos comentaba en el campo base que
existe una montaña salvaje en algún lugar de la frontera entre China y Kirguistán
que se llama Kyzyl Asker, y que si algún día buscábamos volver al Tien Shan
deberíamos ir allá. La idea hizo un pequeño capullo que finalmente floreció
cuando el año pasado nos enteramos de que un cuarteto franco-belga había repetido
la ruta del Pilar Central.
Todo se combinaba con
la oportunidad de que el proyecto SOMOS ECUADOR -liderado por Iván Vallejo
(quien en esta ocasión se quedaría a vivir en el campo base y fungiría labores
de meteorólogo y coach deportivo) y conformado en este año por Carla Pérez, Nicolás
Navarrete, Rafael Cáceres y yo- buscaba un objetivo recóndito en algún lugar de
Asia. En un principio nuestro objetivo fue repetir la ruta del Pilar Central,
pero una vez en la base, enamorados de esta esbelta pared, comenzamos a
flirtear con la idea de abrir una ruta nueva.
Salimos de Ecuador el
31 de Julio. Tras largas conexiones entre aeropuertos infestados de publicidad
llegamos a nuestro destino final en China: Urumqi. Esta es una ciudad de 3
millones de personas, pequeña para lo común en China. Debido a un retraso que
luego se volvería crucial en el desarrollo de nuestra escalada tuvimos que
esperar una semana que pasó bastante rápido mientras disfrutábamos perdiéndonos
en el centro, tratando de descifrar gigantes rótulos de neón y degustando de
las maravillas del consumismo asiático. El día 9 de Agosto finalmente pudimos
salir de Urumqi con destino al campo base, solo nos separaban tres días de
recorrido por carreteras en buen estado hasta un punto del camino en donde se
toma el valle que lleva eventualmente al Kyzyl Asker. Lo único que empañó
nuestra alegría ese día fue el darnos cuenta de que los oficiales de aduana
Chinos habían retenido toda nuestra comida proveniente de Ecuador para una
segunda revisión. Para empeorar las cosas esa comida se demoraría una o dos
semanas más en llegar a Urumqi desde Beijing. Conscientes de que una de las
dificultades de escalar en este país son las barreras burocráticas decidimos
reaprovisionarnos de lo necesario en la siguiente ciudad más grande y también
confiamos en el ofrecimiento de nuestro oficial de enlace que, con un escueto
inglés, nos aseguraba que la compañía que nos proveyó de servicios logísticos enviaba suficiente
comida.
Una de las
experiencias más gratificantes de este
viaje fue el poder conocer una cultura diferente desapegada de lo que
nosotros llamamos “confort”. En el camino al campo base llegamos a conocer
gente que comparte este espacio físico pero vive totalmente en otros tiempos,
un buen recordatorio de lo engañados que vivimos en occidente; después del
viaje en bus nos quedamos una noche en una vivienda Uigur de quienes nos
proveerían de camellos, burros y un par de motocicletas (con sus respectivos
pilotos) para poder realizar las cuatro horas de trekking hasta el lugar que
posteriormente llamamos campamento base; el día siguiente lo empleamos resolver
la duda más grande que todos compartíamos: Donde está el Kyzyl Asker? Alrededor
de dos horas de caminata por una morrena bastante engañosa llevan a la entrada
de un glaciar de aproximadamente 10km de largo que al final tiene al Kyzyl
Asker dominando las otras cumbres.
La traducción al
español de Kyzyl Asker significa “soldado rojo” o “jinete rojo” y mientras más
se desarrollaba nuestra relación con la montaña, más nos dábamos cuenta de lo
bien que le queda el nombre: es un pico absolutamente salvaje, su cara sur se
posa desafiante en esta cordillera y solo basta con verlo un par de minutos
para sentir como busca provocar las reacciones más inesperadas.
Tras haber ubicado la
montaña, nos dedicamos por dos días consecutivos a portear todo lo necesario
para nuestra escalada hasta la entrada del glaciar, después plantamos una
tienda en la base de la pared. Un par de días de clima realmente malo (por lo
general el clima era “un poco malo”) y el 16 de Agosto llegamos a escalar los
primeros largos de nuestra incipiente nueva ruta. En cuanto a la escalada, las
dificultades técnicas como convencionalmente las entendemos no representan un
problema en esta pared, se trata mayormente de lidiar con el clima que poco a
poco va carcomiendo las reservas de motivación; fue así que nunca tuvimos la
seguridad de cumbre sino hasta que estuvimos en ella y la sensación de
compromiso al apostar al todo por el todo en pos de una ilusión fue la tónica
de nuestra aventura.
En los primeros seis
días de escalada logramos fijar únicamente 11 largos de cuerda y petatear el
equipo hasta la base de unos techos a media pared que nos ofrecieron buen
resguardo, hasta ese punto la escalada es muy disfrutable y se mantiene en el
sexto grado, la única excepción son los dos techos que marcan el crux de la
escalada en roca en una dificultad de 7a y 7a+ respectivamente.
Fue durante estos días
que nos dimos cuenta que nuestras estimaciones de compras de comida y las
promesas de nuestro oficial de enlace no serían suficientes para terminar con
la escalada si no hacíamos un concienzudo racionamiento de los alimentos, hecho
que en algunos días redujo nuestra dieta a fideos, cebollas y un poco de sal
para dar sabor.
El 22 de septiembre
aprovechando tres días de buen clima que legaron inesperadamente pudimos
establecernos en el campamento 1 a 400 metros de la base, los siguientes dos
días el clima volvió a su habitual estado y pudimos fijar únicamente cinco
largos que variaron entre 6b+ en roca, un poco de mixto fácil y la travesía de
un hermoso nevero que nos depositaba en la base del diedro final, el que
aparentemente nos iba a depositar en la arista cimera.
Sabiendo que el buen
clima en estas cordilleras siempre significa que el mal clima está por venir
decidimos hacer ataque de cumbre el 28 de Agosto, comenzamos a las 3am desde
las hamacas y, tras ascender por las cuerdas fijas, cerca del amanecer llegamos
al diedro final. La escalada del mismo fue lo que definió cómo recordaremos
esta aventura en el futuro, se trata de 10 largos de escalada mixta alucinante
que nunca sino hasta el final dan la certeza de si va a haber éxito o no.
Llegamos a la cumbre del pilar a las 23h00 y decidimos declarar nuestro intento
como finalizado en ese punto.
Ahora cuando pienso en
las razones que nos hicieron menospreciar esa última sección “fácil ” hasta la
cumbre máxima se viene a mi mente el frío que mordía hasta el alma, ese
horrible viento, el cansancio físico y mental y la incertidumbre de una
tormenta fraguándose, pero sobre todo siento que tras haber logrado hacer una
apuesta tan grande en una escalada de este tipo el sentido de la cumbre cambia
totalmente y la euforia de haber estado en el punto más alto de una montaña
deja paso a la tranquilidad de saber que la pared es lo que importa… al fin y
al cabo: Cual es la verdadera cumbre? Y… qué valor tiene sino el que le damos
quienes la buscamos.
El descenso
transcurrió como era de esperarse en esta escalada: cuerdas atascadas y
congeladas, nevada horizontal y mucha pero mucha alegría de saber que lo habíamos
conseguido. Llegamos a las hamacas cerca de las siete de la mañana y ese mismo
día por la tarde continuábamos con los rapeles y el descenso hasta la carpa en
la base. Lo que vino después fueron un par de días de retirar nuestro equipo y
salir un poco a las carreras antes de que nuestro permiso de “caminata” se
termine.
Ya en Urumqi mientras
degustábamos nuevamente los manjares que nos ofrecía China decidimos llamar a
la ruta “Sal con cebolla” (1.100m, 5.12a, M6+,WI5+, C1, AI2).
Finalmente quiero
agradecerles a todos los amigos que hicieron posible la realización de esta
aventura, a Iván Vallejo por su infinita entrega al montañismo y a Carla,
Chapico y Nicolás por ser quienes son.
Del latín gravĭtas, la
gravedad es una fuerza física que la Tierra ejerce sobre todos los cuerpos
hacia su centro. También se trata de la fuerza de atracción de los cuerpos en
razón de su masa... Nico Navarrete en clases de física durante la escalada del
Kyzyl Asker:
Esteban Mena escalando un largo después del Campo 1 (Foto Nico Navarrete):
La tónica en la base de la pared (Foto Nico Navarrete):
Porteando equipo al Campo Base:
Cumbre del Pilar (Foto Chapico Cáceres):
Entrando al headwall (Foto Nico Navarrete):
La proximación (Foto Nico Navarrete):
Almuerzo en una casa Uigur (Foto Nico Navarrete):
En la primera incursión para buscar al "Solado Rojo":
Atravesando el glaciar que lleva a la base de la pared:
Será? (Foto Nico Navarrete)
El "Pilar Ecuatoriano" en la cara sur del Kyzyl Asker:
La legada a la base de la roca (Foto Nico Navarrete):
Uno de los pocos días de sol (Foto Nico Navarrete):
Nico Navarrete haciendo lo suyo en los techos:
A muerte!:
Chapico Cáceres probando suerte con el hielo en el headwall:
Días de dieta en el Campo1 :
Entrando al headwall (Foto Chapico Cáceres);
Nico y Chapico buscando anclajes decentes para el Campo 1:
El Soldado Rojo:
El Headwall, la ruta va por la pared de la izquierda del diedro:
La ruta hasta la mitad de la pared (Foto Nico Navarrete):
Hermosos largos(Foto Nico Navarrete):
Los primeros días en la pared:
"Sal con cebolla":